Sáb. Abr 27th, 2024

    ¡La era Así! Sin miedo, sin complejos, con la responsabilidad de un subcampeón suramericano, con la confianza que solo da el talento, con autoridad. El estreno mundialista de la Selección Colombia Femenina y su victoria 2-0 contra Corea del Sur no dan espacio a las quejas: todo se hizo bien, todo, todito, todo.

    (Le puede interesar: Colombia se pone al frente contra Corea del Sur en el Mundial femenino: los goles)

    Ya no será en noviembre sino en julio el día de Santa Catalina. Fue su día en Sydney. La primera que levantó la mano para abrir la senda de la victoria fue Pérez, la arquera nacional, con una espectacular volada al minuto 11, cobro cruzado de So-Yun, y sonos controls de balón en las dos intenciones iniciales de las coreanas, que la probaron desde ambos costados, abajo y arriba, y la pillaron siempre bien ubicada. Nada sabían en Australia de la arquera ‘ganapartidos’ de Colombia. Aquí lo vivimos de sobra. Y había mucho más en este día de invierno, soleado y helado al tiempo, que pintó de amarillo la tribuna en pleno día laboral en Sídney.

    ¡Mano! Rugió el estadio, clarito, sin discusión a los 28 minutos. ¡Gol! Gritó a los 30 tras el cobro suave, pleno de confianza, el anzuelo de desconcierto que mordió la arquera coreana. La otra Catalina, la goleadora histórica de Colombia, corrió directo al banquillo para celebrar su gol número 52 para su país. Se llama, Usme; conocida como Catalina la Grande.

    Y entonces el efecto esperado: Corea sintió el golpe, abrió espacios en su propia necesidad de empatar y eso para Linda Caicedo es una invitación irrechazable. Difícil decidir si fue su velocidad de proyección, su manera de encarar, su fabuloso remate, medido y potente, su ambición lo que le dio el primer gol en un Mundial de mayores.

    Lo bailó y lo cantó sin exageraciones, muy a su estilo, su amplia sonrisa infantil cubriendo su cara. A los 38 minutos la figura de Colombia les dio los kilómetros de colombianos lo que fueron a ver al Aussie Stadium. Ese instante de gloria, a sus escasos 18 años, se llama felicidad.

    Por las dudas, otra vez Catalina, la portera, salvó su puerta antes del cierre del primer episodio. Después, para el segundo, fue una tarea de administración. Así Colombia construyó el debut que soñó y fue todo cabeza fría, valentía en cada chocque y cada cierre, paciencia para aguantar la primera arremetida e inteligencia para aprovechar el desgaste rival.

    Viene Alemania, el de los seis goles en el debut, pero no encuentra a una Colombia necesitada sino confiada, segura, firme. El sueño de la final no es una utopía cuando se empieza a ganar. Primer objetivo, comprobar. Hay seis más en la agenda.

    JENNY GAMEZ
    Enviada especial EL TIEMPO Y FUTBOLRED
    @jennygameza

    Más notificaciones de deportados