España batió su récord de llegadas de turistas extranjeros el año pasado, con más de 84 millones de visitantes, un 1% por encima de 2019, antes de la pandemia, según las proyecciones del Ministerio de Industria y turismo. El gasto superó los 108.000 millones de euros, un 24% más que en 2022 y también un máximo histórico, impulsado en gran parte por la subida de precios de hoteles, transporte y restauración. De cara al primer cuatrimestre de 2024, la previsión apunta a 30.000 millones de gasto en destino, un 18,5% más que en idéntico periodo del año pasado, y 23 millones de llegadas, un 10,8% más. “El turismo sigue en la senda de la prosperidad”, ha dicho este viernes el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu. Y, si las condiciones actuales se mantienen, anticipa “otro año de récord”.
El INE tiene previsto publicar los datos oficiales el 2 de febrero, pero el Gobierno no ha esperado y ha presentado sus propias proyecciones (basadas en los datos oficiales de noviembre y una estimación de diciembre), justo días antes de la celebración de Fitur, la macroferia que reúne al sector en Madrid la semana que viene. “El turismo es una oportunidad, pero la española es también una economía diversificada, no somos un monocultivo económico. La inyección del turismo es una inyección importante”, ha asegurado el ministro en una conferencia de prensa en la que se ha mostrado entusiasmado con la marcha de esta actividad.
Sobre los problemas asociados con el turismo y que están provocando contestación social, Hereu ha dicho que “hay que desestacionalizar, diversificar la oferta y el territorio, y seguir trabajando en la formación y digitalización de los trabajadores”. “La oferta tiene que estar regulada y reglamentada, como toda oferta, porque hay que gobernar el turismo”, ha dicho, en referencia entre otras cosas al impacto de los pisos turísticos en el mercado de la vivienda. El ministro considera que hay que buscar más visitantes en otros continentes, porque ese tipo de viajeros suele estar asociado a un mayor gasto. “No debemos centrarnos en la batalla de la cantidad, no sacralizar el número de llegadas”, ha añadido.
Sobre las dificultades que tienen las empresas para encontrar mano de obra, el ministro ha señalado que “los salarios han ido mejorando y hay que seguir trabajando para retener talento”, con formación y estabilidad laboral. “Nuestra estrategia no debe centrarse en ser competitivos porque somos más baratos, sino que tenemos que aumentar el valor añadido”, según Hereu. “El turismo tiene que tener calidad también en el trabajo y eso se hace con personas formadas y bien pagadas, y con menores rotaciones en las plantillas”. El empleo turístico subió un 5,4% en diciembre respecto a igual mes de 2022, con 132.189 afiliados más que la Seguridad Social, según los datos oficiales. Así, 2023 acaba con el mayor número de afiliados de la serie histórica, con casi 2,6 millones, es decir, el 12,5% del total de afiliados.
La afluencia de turistas no es el único indicador del estado de salud del sector —los hoteleros siempre dicen que prefieren menos clientes y con un mayor presupuesto para sus viajes, porque resultan más rentables—, pero las llegadas de extranjeros son una de las referencias para medir el nivel de actividad. Según los datos oficiales, las llegadas de visitantes extranjeros se situaron entre enero y noviembre en 79,8 millones, un 0,8% por encima de 2019, justo antes del coronavirus. El gasto sigue disparado: durante los 11 primeros meses del ejercicio aumentó un 24,0%, hasta 101.569 millones de euros, un 17% por encima de 2019 y un indicador indiscutible de que el sector se vuelve a consolidar como el gran motor de crecimiento de la economía española.
La actividad turística se ha convertido en uno de los impulsores de la economía española y, de momento, no da signos de cansancio. Ni la desaceleración ni el golpe que ha supuesto para los hogares la inflación y la subida de las hipotecas han tumbado las buenas expectativas para este año, mientras que el sector avanza hacia una mayor desestacionalización. La actividad supuso un 12,8% del PIB en 2023, el máximo de la serie histórica y equivalente a 186.596 millones de euros, según los cálculos de Exceltur, la asociación que reúne a una treintena de grandes empresas turísticas. El crecimiento en el conjunto del año fue del 13,1% y se repartió de forma intensa entre todos los meses del año, incluido el último trimestre, más allá de la temporada alta. Así, el turismo explica un 70,8% del crecimiento real de la economía española. De no ser por el turismo, el PIB habría crecido un 0,8% el año pasado, en lugar del 2,4% que estima el Banco de España,
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