Mié. Nov 6th, 2024
    La vicepresidenta primera española, Nadia Calviño, llegando a La Moncloa para un Consejo de Ministros.

    A dos días de la votación, se va aclarando el camino hacia la presidencia del Banco Europea de Inversiones (BEI) para la candidata española, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño. La también ministra de Economía se perfila como la opción con más apoyos ante la cita que los responsables de Finanzas, el llamado Ecofin, mantendrán el próximo viernes en Bruselas después del movimiento que hizo la semana pasada el coordinador del jueves el coordinador del proceso, el ministro de Finanzas belga, Vincent van Peteghem, que envió una carta a sus homólogos señalando que Calviño era la candidata con más opciones después de haber consultado a todos sus homólogos del resto de Estados de la UE. En la misiva, les anunciaba su intención de poner sobre la mesa el nombre de la española salvo que encontrara muchas objeciones. No las ha hallado, apuntan varias fuentes diplomáticas y de diversos países al proceso.

    El único rechazo conocido es el de Italia. El ministro Giancarlo Giorgietti le respondió a Van Peteghem que no está de acuerdo con este procedimiento de “no objeción” y que mantenía a su candidato, Daniele Franco. Además, fuentes conocedoras del contenido de la carta italiana señalan que ese documento el político de la Lega, el partido liderado por el ultra Matteo Salvini, le habría reprochado que con su país no había sido consultado. No obstante, no sería la única candidatura que se mantiene pese al movimiento belga, puesto que tampoco han anunciado haber dado un paso atrás ninguno de las otras tres alternativas: los dos que ya son vicepresidentes de la entidad, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Östros, y, sobre todo, la otra gran favorita, la liberal danesa Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea, aunque apartada temporalmente del cargo por ser aspirante al otro puesto.

    No ha expresado rechazo alguno, en cambio, Francia. París se antoja en este momento como el país decisivo para, al menos, convertir a Calviño en la única candidatura viable al ser uno de los tres máximos accionistas del banco junto con Alemania e Italia, los tres con el 18,8%. Al no expresar sus reservas en un procedimiento de “no objeción” puede deducirse su apoyo tácito a la española, por tanto sumando su capital al de España (11%), Portugal (0,9%) y Alemania daría un resultado del 49,5%. Sin embargo, ni el titular galo de Finanzas, Bruno Le Maire, ni el presidente, Emmanuel Macron, comentan nada al respecto públicamente.

    La elección del presidente del BEI precisa una doble mayoría cualificada: del capital (68%) y de votos de Estados/accionistas (18). Por eso, si el respaldo francés a Calviño se confirma, su candidatura será la única viable y explicaría el paso dado por Van Peteghem, algo que ha provocado el descontento de los demás candidatos y de varios países, aunque estos no hayan remitido una carta al belga.

    A pesar de que la española ya parece acariciar la presidencia del principal banco público de las instituciones europeas, hay que esperar al viernes para confirmar ese resultado. En esta selección, coordinada por el país al que por turno le toca presidir el consejo de gobernadores del BEI (los ministros de Finanzas de la UE) no hay un procedimiento preestablecido con normas fijas. Desde el comienzo, las cosas han sido líquidas. Por ejemplo, no puede decirse que hubo una fecha límite de presentación de candidaturas. Lo único claro, por ahora, es que el 31 de diciembre se acaba el mandato del actual presidente, el alemán Werner Hoyer.

    Esta ausencia de referencias claras, lleva a no poder descartarse que el viernes, tras la exposición de Van Peteghem, haya países que se muestren disconformes con lo que plantea el belga. Los Estados con candidatos, como Italia, Polonia, Dinamarca o Suecia, podrían hacerlo.

    Si finalmente el próximo viernes se elige al próximo presidente del BEI, finalizará un proceso que se ha alargado durante casi cuatro meses y que, desde el primer momento, se ha convertido en un pulso entra Calviño y la danesa Vestager, ambas con larga trayectoria en Bruselas: una, la española, que llegó a ser directora general de Presupuestos de la Comisión Europea antes de entrar en el Gobierno español y la otra que ha sido durante nueve años comisaria de la potente cartera de Competencia del Ejecutivo comunitario.

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